El reciente respaldo del secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, al presidente guatemalteco Bernardo Arévalo, marca un hito significativo en las relaciones bilaterales entre ambos países. Este apoyo se manifiesta en un contexto donde Guatemala se compromete a aumentar en un 40% los vuelos de deportación desde Estados Unidos y a recibir a personas de otras nacionalidades para su posterior repatriación. Aunque este acuerdo no convierte a Guatemala en un "tercer país seguro" y excluye la recepción de criminales, representa un avance en la colaboración migratoria entre ambas naciones.
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